lunes, 18 de junio de 2012

EL ORIGEN DEL CAFÉ

  Existen datos acerca del origen del café que señalan que pudo encontrarse  el café en estado salvaje en Etiopía. Pero, su cultivo y empleo por el hombre como bebida se inició en Arabia. Una leyenda popular cuenta que el café fue descubierto por un pastor árabe en el siglo VI, quien advirtió que sus cabras se volvían sorprendentemente alegres y despiertas al ingerir los frutos de cierto arbusto. Al probarlos, el pastor experimentó una agradable sensación, estimulante y vigorizante. Así se extendió la fama de estos frutos y sus propiedades, y comenzaron a utilizarse. El pastor le habló de ellos a un monje, y él fue el primero en intentar hacer un preparado con dichos frutos, cocinándolos, pero le pareció que tenían un sabor desagradable y los arrojo al fuego. Así comenzaron a tostarse y a desprender un agradable aroma Quizá este sea el verdadero origen de la bebida que hoy conocemos como café.
  Los árabes llamaron al café kahwah (cuyo significado primitivo es "fuerza"). Ellos fueron los que verdaderamente lo desarrollaron, ya que estudiaron la forma de cultivarlo y supieron preveer las consecuencias económicas positivas que les podía reportar. Ellos abrieron los primeros establecimientos públicos donde se podía consumir café.
   Durante décadas, el café permaneció oculto por los árabes, que trataron de impedir que llegara a otras regiones; sin embargo, consiguió extenderse por Europa y América.
    El café llegó a Europa proveniente de Egipto y Siria , tras conseguir extenderse franqueando el monopolio de Arabia, que pretendía que el descubrimiento del café no traspasara sus fronteras. Según los datos de que se dispone, fue hacia el año 1600 cuando los comerciantes venecianos introdujeron el café en Europa. En el año 1615 llega el café a Venecia, y pocos años más tarde se extiende también a Francia , Gran Bretaña, después a España y, por fin a mediados del siglo XVIII, su consumo se había generalizado en todo el continente europeo, alcanzando altas cotas de esplendor y reconocimiento social.
   El café llega a Europa casi al mismo tiempo que otros productos novedosos como el chocolate y el té aunque pronto su consumo se diferenció del resto, sobre todo en los aspectos cultural y social. En sus comienzos, el café era vendido de forma ambulante, pero enseguida proliferaron las cafeterías en todas las ciudades europeas en Londres en 1652 y en París en 1672.;en 1700 ya había algunas de ellas en muchas ciudades americanas.
  El cultivo del café prolifera en el continente americano gracias a que, en 1723, Mathieu de Ciel. capitán francés, en uno de sus viajes a las Antillas, quiso llevarse como recuerdo varias plantas del Jardín de Botánico de Amsterdam. Sin embargo, sólo una planta sobrevivió al trayecto y la plantó en su jardín, donde prosperó y dio una buena producción de café. Muy pronto otras personas de interesaron por este cultivo, que se extendió por América, donde encontró un clima con unas condiciones óptimas para su desarrollo.
El cultivo del café experimentó un crecimiento excepcional en el continente, que sobrepasó en importancia al del cacao y se convirtió así en la primera fuente económica de América, sobre todo en países productores más importantes. El principal productor de café en América es Brasil, seguido de Colombia. Entre 1880 y 1920 se vivió en el estado brasileño de Sau Paulo un período de esplendor, ya que consiguió exportar más de la mitad de la demanda mundial de café. Se cultiva a través de dos métodos: por medio de la plantación de semillas y por medio de injertos de plantas. El tipo de cultivo mayoritario extendido es el vivero, que es la tierra que presenta mejores condiciones, y que se suele adaptar para que responda a los exigentes requerimientos del cultivo de café, limpiando la tierra de piedras y otros obstáculos, y nivelándola.
Mencionar también que Asia es uno de los principales continentes productores de café en el mundo. Produce alrededor del 24% del café mundial siendo el principal país productor Vietnam, seguido de Indonesia y la India.
  La costumbre de frecuentar cafeterías se extendió rapidamente, ya que el café era una bebida novedosa y de propiedades sorprendentes. En España, las cafeterías alcanzaron una época de esplendor a finales del siglo XIX y comienzos del XX, pricipalmente Madrid, donde frecuentar "los cafés" se convirtió en símbolo social de reunión de intelectuales y artistas. El café es ya una bebida; gozó de un gran esplendor social en siglos pasados y hoy en día, no ha perdido prestigio.

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